martes, 1 de julio de 2008

¿ por que adoramos ? es la pregunta y nuestro hermano rony nos responde...


RED APOSTÓLICA DE MINISTERIOS CRISTIANOS UNIDOS




PROYECTO APOSTÓLICO PROFÉTICO
ADORACIÓN CONTINENTAL 2006

El Señor está demandando de Su Iglesia mayor adoración tanto en tiempo como en calidad. El año 2006 la prioridad del pueblo de Dios debe ser adorar, el énfasis de nuestras reuniones debe estar en exaltar al Señor específicamente en febrero del 2006, debemos tener como meta levantar Altares de Adoración continuos, principalmente la última semana de ese mes para anular el poder diabólico que se activa en los diversos carnavales regionales. Comienza a preparar a tu Congregación y a los ministros amigos para que juntos llenemos América de Adoración al Rey Jesús.


Parte IV (A)

POR QUÉ ADORAMOS


Por el Apóstol Rony Chaves

El apóstol Juan escribe en una de sus cartas a la Iglesia:”os escribo a vosotros padres; porque conocéis al que es desde el principio” I de Juan 2:13.

Juan en su primera carta habla de niveles de crecimiento espiritual y define cada uno de estos según las experiencias alcanzadas en su relación íntima con Dios. El asigna la categoría de padres a aquellos que conocen verdaderamente a Dios, principio y fin de todas las cosas. El apóstol recalca una verdad profunda de adoración: que esta cobra un alto nivel o categoría según el adorador entienda Qué es adorar, a Quién debe adorar y Por qué debe adorar. La más excelente adoración debe tener impresas esas revelaciones. En este capítulo, estudiaremos razones de peso que nos deben mover a adorar a Dios con lo más sublime de nuestra exaltación.

I.- ADORAMOS A DIOS PORQUE DIOS ES DIGNO DE ADORACIÓN.

Sólo Dios califica para ser Dios. Él posee atributos que ninguna criatura, visible o invisible pueda tener jamás. Él es el Único que posee tal grado de competencia y dignidad para ser reconocido como Deidad. Sólo a Él podemos dar gloria, nos enseña La Palabra.

Dios es el origen y causa de todo. El apóstol Juan en el Apocalipsis nos señala razones para darle a Dios tal distinción “Señor, digno eres de recibir la gloria, y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas” Apocalipsis 4:11.

Adoramos a Dios porque Él es el Creador Omnipotente. Cada criatura fue diseñada para responder ante Él en adoración. David dijo: “Todo lo que respire alabe a Jehová”. Aleluya.

El adorador ferviente tendrá presente que Dios siempre será digno de adoración y enfocará su vida y ministerio en exaltarle. Las circunstancias o el ambiente no ahogará la llama del amor por Él. Dios será siempre el mismo, Su Dignidad no pasará, Él por las Edades es el Señor.
Esta es la adoración madura, excelente y espiritual. Se requiere revelación divina para adorarle como Él sólo merece.

Aunque la higuera no florezca,
Ni en las vides haya fruto,
Aunque falte el producto del olivo,
Y los labrados no den mantenimiento,
Y las ovejas sean quitadas de la majada,
Y no haya vacas en los corrales;
Con todo, yo me alegraré en Jehová,
Y me gozaré en el Dios de mi salvación
Habacuc 3:17-18

Sólo Dios es Digno. Este es motivo suficiente para adorarle postrados a sus pies.¡Aleluya!

II.- ADORAMOS A DIOS PARA ATRAER SU PRESENCIA.

Dios busca adoradores, dijo Jesús. El Padre anhela tener adoradores que le adoren en espíritu y en verdad.
Él siempre vendrá al encuentro de un adorador. Su Presencia maravillosa se manifestará siempre donde se le adore con entendimiento. Y es Su Presencia lo que cambia al hombre, restaura familias y sana y liberta a los cautivos, amén. Es Su Presencia lo que más debemos amar y buscar. Con Él lo tenemos todo; sin ÉL no tenemos nada.
No hay manera más viable para atraerlo a Él que amándolo en genuina adoración. Él siempre vendrá al encuentro de sus adoradores.

David como profeta lo sabía (I de Crónicas 15). El quería gobernar su nación con Dios como su cobertura. El se preocupó por traer el Arca del pacto a Sión, lo cual hablaba de su actitud correcta para acercar a Dios a Israel. El rey sabía que lo más importante para su vida, reinado y ministerio era que la Presencia de Dios caminara con él. Moisés lo expresó en Éxodo 33, firme y contundentemente así: “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí”. El profeta de Israel sabía que lo que su pueblo necesitaba era a Dios.
En el mismo capítulo donde él nos narra de cómo el Señor está indignado con Israel y ya no quiere ir más con ellos, también nos muestra el camino para atraer al Señor. Moisés sacó su tabernáculo fuera del campamento pecador y adoraba a Jehová. Dios respondía a su ungido ante los ojos del pueblo, acercándose a él en una columna de nube y le hablaba cara a cara muy íntimamente.

Dios es omnipresente y está en todo lugar y contempla todo lo que sucede bajo el sol, pero Su Presencia manifiesta tiene que ver con la demostración de Quién es Él en un determinado momento, lugar, propósito y circunstancia. Su presencia manifiesta vendrá a nosotros cuando le adoremos con la “más excelente adoración”.

III.- ADORAMOS A DIOS POR SU MAJESTAD.

Majestad es realeza, grandeza y señorío. Todo esto señala autoridad, gobierno absoluto, primer lugar en todo y dominio total. Dios es la Máxima Autoridad, el Poderdante Máximo. Él es el Señor, Amo y Dueño del Universo . Sólo ante Él nos doblamos y adoramos. Su Reino es Eterno y Su Señorío por todas las generaciones. Lo mejor es para Él. La adoración más excelente debe serle brindada reconociendo que lo mejor, lo más grato y lo más especial de cada uno de sus adoradores debe ser para Él, solamente para Él, la Majestad de las Alturas. Amén.

IV.- ADORAMOS A DIOS PARA “ATRAER SU GOBIERNO”

No podemos separar a Dios de Su Gobierno. Él es el Rey Soberano de Su Reino. Cuando le atraemos a Él, atraemos Su Gobierno, Su Reino. El apóstol Pablo afirma que el Reino de Dios consiste en justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. La forma de acercar a la tierra la justicia o el derecho o la legalidad de Dios, es a través de la adoración poderosa. La paz, el dominio propio y la mansedumbre del Espíritu sobre ciudades enteras viene, cuando Dios es atraído por la exaltación de Su pueblo. El gozo, la alegría y el baile festivo, llenan a un pueblo cuando el Reino del Señor se establece con la adoración fervorosa al Dios Viviente. Amén.

Es sólo con el Gobierno de Dios, con su rectitud, su justicia y su paz que las naciones serán bendecidas plenamente. David lo entendió a cabalidad y se esmeró por brindarle a Jehová la adoración más excelente jamás brindada. Extrajo del corazón del Padre las formas más diversas en que el corazón de la Divinidad sería halagado con la alabanza.
David como rey, se llenó de hombres entendidos en las señales y los tiempos, pero sobre todo, de Jehová su Dios. David estableció músicos y cantores por turnos para ministrar continuamente al Señor en el santuario. El sabía que una adoración fresca y ardiente, tocaría el corazón del Padre y eso provocaría que Su Presencia descendería para el lugar o nación donde se le adorase. David sabía que si adoraba a Dios con Israel, Jehová sería atraído y entronizado. Esto garantizaría que Dios guiaría los destinos de Israel y que el Gobierno del Señor sería el que se implantaría en la nación judía. Aleluya.
Bajo una adoración excelente, David sería el rey terrenal en Israel; pero Jehová sería el Rey y Señor sobre él y la tierra. Esa fue la garantía de sus largos años de reinado en plena victoria. Dios fue atraído a Israel por sus alabanzas y su Gobierno estaría por sobre todo gobierno y señorío de la tierra.

Si adoramos a Dios con gozo, Su Gobierno, Su Reino, Su Autoridad nos regirán con justicia y equidad por siempre. Este fue el secreto de David. I de Crónicas 16:7-36.


V.- ADORAMOS A DIOS PARA TRAER LA “VOZ DE DIOS”

La gran necesidad del pueblo de Dios es una: la Presencia de Dios y con ella Su Voz. Como nunca antes la Iglesia necesita oir a Su Voz. La consumación de los planes divinos y el trabajo ungido y eficiente del pueblo del Señor para edificar Su Obra, dependerá siempre de la habilidad que la Iglesia tenga para oír La Voz o La Palabra del Altísimo.

En la antigüedad era una práctica común entre los profetas, utilizar la música para atraer al Espíritu de Dios y a través de Él, la Voz del Señor.
Los tañedores, instrumentistas o tocadores de arpas y flautas eran necesarios entre las compañías de profetas para elevar el espíritu del grupo y provocar una visitación divina sobre ellos. Esta visitación del cielo, provocaría la activación de dones espirituales, ya fueran de revelación o vocales, los cuales traerían a la asamblea, la Palabra y Voluntad de Dios.

Una adoración profunda o la más excelente adoración elevada al Creador, nos dará o llevará a una cada vez más profunda revelación del plan divino. Gloria a Dios.
Si adoramos con fervor, atraeremos ineludiblemente su maravillosa Voz.

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